ESPEJITO, ESPEJITO...
En cierta forma un cuaderno, una hoja de papel en blanco o una pantalla son espejos [la pantalla más, por razones físicas evidentes, :)] Lo malo de los espejos es que, quieras o no quieras, te acabas reflejando en ellos.
De hecho, cuando he estado configurando el blog me he visto en la situación (reflectante) de tener que configurar los temas sobre los que va a tratar la bitácora.
Eso me ha supuesto un pequeño problema, tener que reflexionar sobre qué asuntos realmente me preocupan y me interesan. Más aún, sobre qué me gusta realmente y qué hago más bien por rutina/aburrimiento/inercia.
Es verdad que por razones académicas y/o profesionales debería escribir sobre lengua y literatura, pero no sé si, en ese caso, debería renombrar el blog y meter por alguna parte la palabra "pedantería".
La política me parece también interesante, porque la forma de organizar la vida, la economía, etcétera, nos afecta a todos individualmente. Además, hay ciertos personajillos a los que no soporto.
La música, la televisión, el cine, el fútbol... ocupan gran parte de mi tiempo, pero no sé si tengo una idea lo suficientemente formada sobre estos temas como para ponerme a escribir sobre ellos.
También podría -llevando las metáforas al límite- mirarme cada mañana en el espejo y escribir sobre lo que vea, pero supongo que a nadie le interesará saber cada cuanto tiempo me afeito.
Ni tan siquiera a la madrastra.
De hecho, cuando he estado configurando el blog me he visto en la situación (reflectante) de tener que configurar los temas sobre los que va a tratar la bitácora.
Eso me ha supuesto un pequeño problema, tener que reflexionar sobre qué asuntos realmente me preocupan y me interesan. Más aún, sobre qué me gusta realmente y qué hago más bien por rutina/aburrimiento/inercia.
Es verdad que por razones académicas y/o profesionales debería escribir sobre lengua y literatura, pero no sé si, en ese caso, debería renombrar el blog y meter por alguna parte la palabra "pedantería".
La política me parece también interesante, porque la forma de organizar la vida, la economía, etcétera, nos afecta a todos individualmente. Además, hay ciertos personajillos a los que no soporto.
La música, la televisión, el cine, el fútbol... ocupan gran parte de mi tiempo, pero no sé si tengo una idea lo suficientemente formada sobre estos temas como para ponerme a escribir sobre ellos.
También podría -llevando las metáforas al límite- mirarme cada mañana en el espejo y escribir sobre lo que vea, pero supongo que a nadie le interesará saber cada cuanto tiempo me afeito.
Ni tan siquiera a la madrastra.
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